El pasado fin de semana del 1 al 3 de junio, nuestros “mayores” en edad, dignidad, veteranía y/o buen buceo, organizaron, para beneficio de otros mayores, menores, novatos, patosos y recién llegados, un viaje a Columbretes para realizar vida a bordo en un velero y en una goleta.
Todo el viaje y sus pormenores estuvieron magníficamente organizados, aunque hubo que hacer frente a algunos imprevistos en absoluto achacables a los organizadores: la goleta estaba averiada, lo que no impidió que su dueño se comportara como un auténtico Pirata Berberisco del Mediterráneo de los que tanto nos hablan las crónicas antiguas. Tan fuerte es, al parecer, la vocación pirateril de este moderno Barbarroja que ejerció como tal sin goleta y desde tierra, que ya es decir, pero al menos nos consolamos conque no terminamos vendidos como esclavos o encerrados en un lugar de la Argelia como le ocurrió a alguien renombrado pero de cuyo nombre no logro acordarme.
Finalmente, todo acabó bien porque la unión hace la fuerza y nuestro “departamento legal y de reclamaciones” funcionó como un reloj y se tomaron algunas medidas muy útiles, como la del diámetro de la paella donde, finalmente, tan esforzados hombres de mar dieron cuenta de un grandioso arroz levantino amorosamente preparado por marineros de bien que ayudaron a nuestros (no) tripulantes de la goleta a soportar los “dos palos” de la misma sin quedarse a “dos velas”. El catamarán en que navegaron y desde el que realizaron las inmersiones suplió con dignidad a la goleta.
En el velero las cosas fueron más fáciles pero no peores: las dos personas a cargo del barco, Dani y Lucas, dieron todo un recital de buen hacer y nos hicieron sentir como en casa, además de tener un buen barco, que recomendamos por si alguien quiere animarse. La convivencia en un lugar pequeño y estrecho como es un velero, en el que algunos de los allí destinados no nos conocíamos antes de emprender la singladura, estuvo bien si hemos de creer a los veteranos /amigos que compartieron la estancia con los recién llegados. Parece que así fue, porque incluso bajo el agua nos acercábamos unos a otros para mostrarnos afecto y respeto mediante golpes de aleta, y algún manotazo, cómo auténticas “focas” marinas llenas de gozo ; algún comentario al respecto se hizo que resultó de general agrado. Las charlas de sobremesa tuvieron sabor y no faltaron las risas.
Ah, y el buceo, claro: no resultó tan del mediterráneo como era de esperar porque la visibilidad y el viento y el estado de la mar no acompañaron todo lo que hubiéramos querido y hubo que modificar planes y renunciar a alguna inmersión, pero aún así pudimos gozar de muy buenas muestras de vida y de la gran belleza del paisaje que nos compensaron pese a todo y nos dejaron con pena de terminar y ganas de repetir la experiencia.
Texto del socio Victor Verano.
Los socios que disfrutaron de este viaje fueron: Luis Martínez, Alex Jauregui, Borja Inza, Jesús Montesinos, Jose A. Formoso, David Quintano, Daniel Bidaurre, Iñigo Azkue, Bernardo Inza, Jesús Mª Castillo, Iñigo Seco, José Mari Zaldua, Aitor Zaldua, Diego Carral, David Sánchez, Hilario Martínez, Elena Arce, Daniel Landa , Maribel Benito y Víctor Verano.
Desde aquí nuestro agradecimiento a la empresa Sednadive con velero Sea Cucumber (www.sednadive.com) y a Charters Casamar (www.charterscasamar.com) por su amabilidad, simpatía y gran profesionalidad. Ellos han hecho posible este gran viaje.
Fotos y vídeo realizados por varios de los asistentes al viaje.